Antes de nada, quiero decir que yo no tengo
ningún título académico bajo el brazo que me acredite ni de psicólogo, ni de
nutricionista. Sí lo tengo de persona que padece algún que otro problema
psicológico y de una persona que ha visto cambios sustanciales gracias a la
alimentación.
Básicamente me leí el libro Cerebro de Pan, de David Perlmutter, y
decidí probar. En el libro se detalla por qué debemos dejar los carbohidratos,
el gluten y el azúcar refinado. Parece
una locura tener que dejar todo esto sin ser ni celíaco ni diabético, pero
claro, cuando empiezas a ver mejorías tanto a nivel físico (he perdido 8,5
kilos en 5 semanas) como a nivel mental (las obsesiones han disminuido significantemente),
te planteas que, quizás, no es tanta locura. No quiero hacer ningún spoiler, pero también te tengo que decir
que no tengo nada que ver con este hombre, es decir, que no voy a comisión ni
nada, pero, de verdad, es un libro que merece mucho la pena porque te abre
mucho los ojos. La segunda parte, Alimenta
tu cerebro, ya no me gustó tanto...
A la pregunta que da título a la entrada del
blog, he de contestar que nos están engañando porque no estamos comiendo un
trigo saludable. Cuando digo saludable, me refiero a un trigo sin “excesiva”
manipulación genética. No es el mismo trigo el que consumimos hoy que el que
consumían nuestros abuelos. El trigo de hoy en día está modificado genéticamente
de forma que haya una superproducción de la cosecha en el menor tiempo posible.
De la misma forma, el autor también está en contra de los alimentos modificados
para que sean sin gluten. Un ejemplo: la cerveza se hace con gluten (la cebada
es una de las manifestaciones del gluten). Luego, una cerveza sin gluten debe
tener una modificación genética increíble para que tenga más o menos el mismo
sabor que una normal. Lo mismo se aplica a la pasta y a las galletitas que
mojas con el café.
Mi visión es bien
radical, lo sé, pero considero que, al igual que lo ponen en los paquetes de
tabaco, deberían poner una etiqueta en las latas de Coca Cola, por ejemplo, de
lo mala que es para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
recomienda que el consumo diario de azúcar sea de 25 gramos. ¿Sabes cuánto
tiene una sola lata de refresco? 40. He de decir también que yo era antes el
primero que se tomaba un par de coca colas por día, pero, cuando ves la
obesidad tan de cerca, y empiezas a tener noticias sobre amigos cercanos diabéticos,
amigo, ahí cambia la cosa.
Total, si te sientes
cansado con facilidad, te pesa la cabeza, tienes ansiedad generalizada, depresión,
migrañas, TDAH…, te animo a que pruebes a cambiar tus hábitos alimentarios y a
que hagas un poco más de ejercicio (si es que no lo haces, truhan). Intenta
cambiar tus hábitos alimentarios un solo mes. Yo te aseguro que luego no vas a
querer volver a comer como antes.
¿Qué tienes que
perder y cuánto tienes que ganar?
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